lunes, 25 de mayo de 2015

Eterno abuelo magrebí.

Allá surcando los cielos tu alma, resguardada bajo el sol que alumbra tu cara y que en su día disfrutaron aquellos a los que hiciste una vida mejor. Allá, entre las nubes, te veo a los lomos de un caballo y siento el calor que transmitiste a mis ascendencias marroquíes. Nunca pude mirarte a los ojos, nunca pude darte un beso y nunca pude sacarte de quicio. No pude disfrutarte y aún así, no olvidaré tu rostro en los amarillentos papeles desgastados de las cámaras de antaño. No es casualidad que tu nombre lleve lo más bonito que he visto en mi vida, el inmenso mar, esta vez no de dudas, sino de alegrías a los que por aquellos te entregaste.

España siempre estuvo presente en tu mente, fútbol, actualidad, economía, política… ¡Sabio tu eres! Envidia de no saber lo que probablemente supiste ya a mi edad. Siete diste, siete de los cuales ahora estarías orgulloso, siete por los que cualquier familia pagaría por tener. Diecisiete dieron que no pudimos disfrutarte. Ahora el manto de la tierra mojada por el tiempo, eso días de Ramadán en los que hablo contigo cara a cara y el espesor de la lluvia que antes caía por los rostros de los que te disfrutaron, quedaron marcados en la eternidad de los corazones que aportaste a este mundo para ser mejor.

Solo me quedan anécdotas, solo me quedan las conversaciones, probablemente, tergiversadas por el tiempo. Me protegen tus brazos llevados por el viento del estrecho, un solo mar separa las miradas inquietas de los que jugaron contigo. Si el mundo tuviese más gente como tú, el mundo no tendría tristeza. 

Valentía, saber, mirar, abrazar, cariño… ¡Cómo envidio a los que pudieron tocarte! ¿Te acuerdas de la primera televisión que tuvisteis y por qué le echaste la bronca a mi madre? Pues esa historia me la contó ella con una sonrisa en la cara. Incluso después de irte produces alegría en los rostros de la gente. Transmitiste tus conocimientos, sean de un palo o de otro, pero que tus hijos y nietos aprendieron de ti. 

Ahora, el mar que junta el mundo, el aire que respiro, la tierra que piso y el fuego de las mil batallas que presenciaste, no se pudrirán en el olvido, porque aquel que muere, no se olvida mientras exista gente que lo recuerde. Y yo, aunque no tuve la suerte de tenerte cara a cara, de poder demostrarte que ibas a estar orgulloso de mí… siempre habrá un hueco dentro de los poros que surcan mi piel que te tenga presente. 


PD: Abuelo magrebí, abuelo internacional, abuelo… te quiero.


miércoles, 13 de mayo de 2015

Me he atragantado con un trozo de tristeza.

Muchas veces nos ponemos tristes por cosas insignificantes. Por cosas que no valen la pena, por mares que se secan de no regarlos, y por montañas que se desploman de picarlas. No podemos ver más allá de nuestras posibilidades, y ahogamos en latas lo que nuestro corazón no aguanta.

Ya vale de desplomarse por palabras que no aparecen en la RAE, ya vale de pensar en lo que las neuronas no relacionan, ya vale de coger al toro por el capote, y ya vale de enseñar los dientes en bares de alterne.

No quiero entusiastas crucificados por la verdad del océano. No quiero princesas que se suelten el moño, no quiero faldas visibles, ni bragas quitadas. No quiero pinchazos en gomas, no quiero alegrías no esperadas, no quiero ser dueño de mis pensamientos.

Quiero poder ser mayor. Quiero poder ir de la mano por la calle con el infierno. Quiero beber tragos amarillos de espuma, y quiero semáforos que te dejen pasar siempre. Quiero ser niño, mayor quería ser antes, quiero ser un coche desgrasado por la vida, quiero ser la memoria de mis abuelos, y quiero saber cambiar las pesetas a euros.

Necesito un alma que no vomite ira, necesito tumbas de pus contenida por morderse la lengua. Necesito quemar dos velas y que se unan. Necesito... verdades estrechadas por el silencio de los mentirosos. Necesito ser valiente en vida y cobarde a veces. Necesito más 0,0 y menos 6,1.

Muchas veces pensamos que ya vale de no querer ser lo que quisimos antes y de necesitar lo que un día se nos cayó de las manos.

PD: Si hago mi camino, no pondré piedras ni cemento. Solo ira, valentía y un poco de granito.

viernes, 1 de mayo de 2015

Fuego, agua, tierra y aire.

Y pensar en infierno en el que me sumerjo. En las infinitas desgracias que viviría una y otra vez, en los surcos que produzco en su piel al rozar mis veintes hermanos contra ella. Quiero ser fuego, quiero ser agua, tierra y aire. Quiero ser tu manta en invierno y quiero ser el viento en verano. Quiero ser el agua de tu garganta y quiero ser la tierra que apague todo tu fuego. Quiero que viento y agua se junten para forman un torbellino. Torbellino de desilusiones y transatlántico de alegría. Quiero ser tornado de fuego, de esos que arrasan con todo, con cabañas, con montañas con arañas. Quiero ser pulcro, pulpo o… tú. Quiero ser mil veces lo que nadie fue y quiero ser cien lo que fueron todos. Quiero seas mi persiana por la mañana y agua en el desierto. Agua, tierra, fuego y aire. ¡Qué bonitos elementos!

Quiero ser diferente, quiero ser Neruda, quiero ser Bécquer y quiero ser tú, de nuevo. Quiero ser imposible, quiero ser estatua y quiero ser mar. Quiero ser Hemingway y llamar a 3/4 de la tierra la mar. Amo el mar. El viejo y el mar me ha marcado.

Amo el fuego. El infierno. Los incendios corporales y los incendios sexuales. Amo la micropoesía, Oooooh, que cálido me hace sentir. Amo el sol de invierno y repudio el de verano. Amo las flores en Otoño y repudio las de primavera. Amo al mundo y a su misericordia, amo a los cobardes y repudio a los valiente, el cementerio está lleno de ellos. Amo la insensatez y amor locura. Amo los colchones y repudio a la cordura.

Me encanta la tierra y el olor cuando está mojada. Amo las macetas y los magentas. Amo a los gusanos y no a las arañas. ¡Suicídate Spider-man! Amos los tenderos enterrados y a la gente sin complejos. En realidad odio la tierra, me da miedo y me ensucia. La arena es cruel, se te mete entre los dedos en la playa y te jode. ¡Jodida hija de puta!

Quiero ser las tres carabelas Colón y quiero ser Cartas Marruecos. Quiero ser Galdós y quiero ser Baroja o Unamuno. Quiero ser del 98 y del 27 a la vez, solo en XXI. Si, en 21, está escrito así porque quiero. Exacto, no quiero seguir reglas, no quiero increíble, no quiero ser imposible, o eso sí.

Aire. Odio Madrid y su aire. odio BCN y su aire. Odio las ciudades y su aire. Amo a los pueblos. Béjar. Flora y defloradas, hábitat natural allí. 


Amo poder oler el fuego, mientras el agua mancha la tierra que el aire no pudo secar.