jueves, 25 de agosto de 2016

Encuentra tu trébol


¿Es necesaria la actitud? Sí.

Se necesita actitud para vivir, para afrontar problemas, para ser aquel que siempre soñaste, para ser uno mismo e incluso para aguantar el reto de no rendirse aunque mil rifles quieran desenfundar en tu cabeza.

Que la vida está hecha de limones, lima y hostias con pajitas en vasos fríos. Que ya no tomamos un whiskey con hielo, que se toma garrafón con mezcla barata. Que tenemos que acostumbrar a nuestro cuerpo a tremendas resacas de decepciones ilusionadas hasta que consigamos recolectar lo necesario para un buen Bourbon con hielo de corazones luchadores.

Que no creemos en nuestras posibilidades porque no nos han enseñado. Que el carmín rojo sangre está estampado en nuestras venas desde que vemos el primero chorro de luz de nuestra vida. Que todos tenemos un trébol de cuatro hojas esperando a ser encontrado por nosotros, por ti. Que no hay que creer en príncipes azules ni en princesas Disney, pero sí en sapos que tenemos que convertir en oportunidades.

Que en miles ocasiones seremos egoístas, pedantes, repelente e incluso distantes con aquellos que tienden su mano cuando estamos en luchas ingratas movedizas de desgracias. Que sí, que podremos ser eso y todo lo que queráis, pero todos tenemos baches, y el que diga lo contrario, miente.

Lucha cree y sueña. Come, vive y disfruta de los trozos que conforma tu alma. Que sí, que muchos no te creerán en tus proyectos pero… ¿Creyeron a cualquier científico sin demostrar nada?

Si quieres, demuestra que eres diferente, demuestra tu ambición, pero no solamente a los demás, sobre todo, a ti mismo. 


¡Oh sí! Sobre todo a cada tejido que conforma tu cuerpo, mente y vida.

sábado, 20 de agosto de 2016

Olimpo multiorgásmico



Tengo entre mis andares escalar la cima de cada uno de los puntos G que tu cuerpo llama para ser descubiertos.

Me aferraré, me arrastraré, me arañaré y me envolveré entre ellos. Juro, por Venus, que te olvidarás por un instante de esta sociedad lacrada por el tabú del sexo.

“Tus braguitas revolotean” decía Kutxi, pero seré yo el que revolotee por encima de ellas y me empape de tu sed, de tu sol, de tu Yin “tonic" y Yang.

Ni te imaginas como se envuelve mi cuerpo cuando tu carmín recorre mis poros y mis maldades; mis tejidos y mis verdades.

Que no quiero Paris, Venecia o Nueva York. Que quiero festivales de música orgásmicos entre iglúes escondidos.

¿Quién quiere ser feliz mientras no pueda abrirme paso entre entre tu valle fluvial?

“Lo único que nos da miedo cuando nos asomamos a la muerte y a la oscuridad es lo desconocido”, decía Albus. Pues toma mi mano, asomemos nuestros ojos en ese precipicio, y arráncame la ropa.

Quiero ser un Zeus entre noches con Dioniso esquivando a Artemisa y surcando los mares de Poseidon. Eso sí, que Afrodita nos envuelva entre las sábanas de las inmensas noches de Apolo y que Ares y Hades se alejen para no volver.