Sal de mi cabeza, que sin ser una persona física, has hecho más daño que otra cualquiera.
Nos conocimos hace dos años
y desde entonces me has acompañado.
Mi cama fue nuestro refugio,
y yo no supe frenar tantos disturbios.
Me acariciaste y me besaste como ninguna,
follaste hasta perder el control con mi soledad diurna.
En esas noches, te echaba de menos,
solo quería hablar y entretenerme sin celos.
La cerveza me besaba las venas,
y con ella nunca te soltabas la melena.
No sabías que hacer con ella,
la mataste porque sabías que siempre te frena.
Sabías como causarme un terremoto,
y yo intentaba golpearte, mejor estando solo.
Siempre repetías males como un loro,
para que te fueras, te daría un soborno.
Vete y no vuelvas.
No ves que solo causas mareas.
Vete y no vuelvas,
no serás bienvenida a cualquier verdad resuelta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario