Resurgiré entonces como el viejo de Hemingway y lucharé contra aquel pez que me devuelva mi integridad y mi vida.
El espíritu luchador se apoderará de mi para que juntos, con nuestra mente y estrategia, no tengamos que utilizar arma alguna y salgamos a flote en la escarcha más fría del Polo Norte.
En mis manos irán un pergamino y una pluma que haga que entre nosotros se escriba la caída de la barrera que separa tu carmín de mi cuello.
Más tardé volaré entre tu valle glaciar y nos convertiremos en infierno mientras resurgimos de las cenizas del Fénix.
No habrá lugar para lamentos y no habrá cabida para nadie que quiera cortar el tronco que juntos cosechamos.
Gritaremos y arderemos entre gemidos hasta subir a la cima más caliente del Everest mientras nuestros ojos miran a un finito sin límite.
Ven, sacude y vuela. Ven, rompe y palpita. Ven, y si quieres, surcaremos en barca el más profundo de los Océanos.