sábado, 14 de mayo de 2016

Sexo: caja de fuego



Parece que los dedos me han vuelto a responder ante la llamada de la poesía. Parece que ahora sí que puedo tocar el cielo sin estar en el más profundo de los infiernos. Ahora sí que puedo comprender lo que tanto tiempo me ha apresado a la tristeza. Hoy hablaré de la liberación, de un vis a vis, hablaré de lo que Neruda, poéticamente dice, “Veo correr un arco iris turbio. Veo pasar sus aguas a través de los huesos”. 

Hoy hablaré, raramente, de sexo.

No entiendo que el sexo sea únicamente un ser superior que muchos intentamos conquistar y que simplemente consigamos con lágrimas y con sudor. Oh sí, el sudor, me encanta que nuestras salinas se unan formando mares. 

¡Qué el Mediterráneo siente envidia joder!

Me encanta que me digas no, me encanta que vengas y me digas vamos. Me encanta que nos pasemos el testigo y que nuestras bocas parezcan leones. Me encanta que nuestro prólogo sea único y que sigas siendo tú la que conozca el escondite perfecto. Me encanta que seas mi estufa al comienzo del invierno. Me encanta que juguemos entre las sábanas y que sea nuestro iglú perfecto.

Me encanta poder surcar los cráteres de tu luna, me encanta navegar sobre tu océano, me encanta masticar tu cuello y me encanta que tus uñas me escriban orgasmos en mi espalda. Me encanta que juegues y juegues hasta hacerme ser una quimera con ganas de envenenarte. 

Me encanta que juegues y juegues, hasta hacer que mi libertad se sumerja en tu cárcel. Sí, prefiero estar preso entre tus muslos, que estar libre en los ojos de otra. Que prefiero perderme en tus ojos y que mis pupilas se dilaten justo en el momento en que llegamos a la cima.

Me encanta que juguemos a los caballos y que me ganes en los sprints finales. Me gusta que nos pasemos el testigo y que cierres los ojos gritándome al oído. Me encanta pasar el radar de lo límites y me encanta, y esto sí que me encanta, joder si me encanta, bucear, bucear y bucear, hasta que simplemente pueda ahogarme entre tu pelo, entre tus montañas, y sobre todo: 


En tu caja de fuego.

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