lunes, 20 de abril de 2015

Exprímeme o sáciame.

Sangre verde en los pulmones,
pulmones rojos de caro viento,
viento rojo por vino de quererte,
quererte… mejor no.

Mejor no a la bebida,
bebida rota en cristales puros,
puros deseos de cogerte,
cogerte… ¿Por qué no?

¿Por qué no pensar?
Pensar en arrastrarte,
Arrastrarte con caballos,
caballos… ¿Árabes?

Árabes depositando ira,
ira depositada en este árabe.
Este árabe ya no piensa,
piensa solo… en soledad

Soledad inquieta en mares,
mares transparentes clásicos,
clásicos matados por Truffaut,
Truffaut… puto francés.

Truffaut ya no quiere nadar en su ola,
olas llorando su ansia,
ansia vista desde fuera,
¡FUERA! Viento cruel…


Un romántico me dijo, Gonzalo A. M. S. que las encías de los perros querían morder el tacto de tan preciado bien, no el de ese viejo verde de antes, si no el de la naturaleza expresada en los ojos de millones de niños esperanzados por la mínima acción. Miras a los ojos de un niño que no puede disfrutar de un helado, y solo puedes pensar en que a veces, y no tan a veces, siempre, o no tan siempre, tenemos la suerte de despertar en una cama con una gran manta y la calefacción dada a máxima potencia. Insensatos, inmaduros y… os dejo eso para vosotros.

No hay comentarios:

Publicar un comentario