martes, 14 de abril de 2015

Puentes que unen oscuridad y cristal.

¿Oscuridad, cristales o puentes? Sería difícil elegir entre estas tres opciones pero... si os pudiesen dar una o las tres, sin posibilidad de dos, ¿Con qué os quedaríais?

La gente le teme a la oscuridad por eso de que es negro o porque la gente no puede ver las caras de los otros en peligro. Muchas veces es esto, claro que sí, pero viéndolo un poco más cerca podemos apreciar que si viviésemos en un "sinluz" total, sin depender del Sol para vivir claro, nos enamoraríamos de las voces y del tacto. ¿Hay algo más bonito? Pues no señores, el físico es algo que hemos querido proponer a todo el mundo para poder limitar nuestras opciones, o la de ellos, y es que, muy a mi pesar, esto se inculca en los jóvenes y en los niños. Vemos a Brad Pitt o a Jared Leto y simplemente dicen que se lo follarían o que les harían cinco hijos. Pero pensad un poco, mirad más allá de lo que os digan, ¿En serio venimos al mundo para enamorarnos de físicos? No de los Einstein no, sino de esos tíos y tías que basan su vida en los cuidados de su cuerpo dejando atrás eso que antes se llamaba corazón. Lo dejo para vuestras reflexión.

Con lo de los cristales me refiero a los rotos, a los que rajan y a los que abren llagas ya cerradas. Llagas ya cerradas sí, me apetece que lo estén. ¡Ah sí! A poder ser, con 100 puntos que hacen que te cagues en lo que no quieres cagarte. Menuda puta mierda, que putas palabras utilizo, sin sentido otra vez. Me gusta lo absurdo y me gustas tú. Eso sí, no sé si el absurdo soy yo por dejar escapar tus besos o si soy absurdo porque hago que tu seas la absurda que aguanta los míos.

Puentes. No los de Madison. No los de Clint Eastwood que hace que después tengas que sacar los pañuelos que tenía la abuela guardada para leer novelas. De esos no. Si no de los que unen vidas, corazones, almas, pieles y mentes. Jódeme, mientras sea la mente, ya lo dije en otro texto creo. Simplemente quiero que el puente que una cada uno de los extremos de nuestra vida sea como uno romano. No los tiran ni el más miserable de los huracanes. Se creen fuertes con eso de que lo mueven todo. No nos engañemos, si nos quiere joder el Huracán, con mayúscula, nos jode. ¡Qué cabrón!

Bueno, pues como veis ya dejé un par de palabras mal escritas y sin ánimo de lucro eh. Podréis odiarme o besarme. Joderme o abrazarme. Mirarme o, y simplemente o, mirarte.

PD: O, y solamente o, miraré más allá de mis posibilidades mientras tú me dejes un pedazo de tus ojos. No de retina eh, si no a tu bella forma de ver el mundo.

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